«A mí me gusta sobre...» Las mujeres confiesan en Facebook y alimentan un nuevo misterio.
Carlos y Raquel llevan juntos 15 años. Se conocieron en el instituto. Desde entonces han estado juntos y, hasta esta mañana, él creía que no había secretos entre ellos.
Raquel ha elegido Facebook para confesar un secreto. Su estado de esta mañana dice: «A mí me gusta sobre la encimera de la cocina».
A Carlos no le disgusta la idea en absoluto, pero lleva 16 años creyendo que el lugar favorito de Raquel era otro. Y la encimera de la cocina... ¿pero por qué no se lo ha dicho a él?
Quiere llamar a Víctor, su mejor amigo. Hay confianza suficiente para decirle que aquello le desconcierta. Antes de hacerlo lee en el estado de Ana, novia de Víctor, que a ella le gusta «sobre el alféizar de la ventana». «Esto supera lo de Raquel», piensa Carlos.
La plaga se multiplica. Cientos de amigas han puesto en su estado su lugar favorito para hacerlo. La explicación se hace urgente, desesperada, cuando lee en el estado de su madre: «A mí me gusta en el perchero».
«A mí me gusta sobre...» es el e nésimo viral que invita a las mujeres a desquiciar a amigos y conocidos en Facebook. La explicación está en un mail que circula entre mujeres de todo el mundo y cuya causa es más que noble: «Aumentar la conciencia y visibilidad de octubre como mes de lucha contra el cáncer de mama. Es una cosa fácil de hacer y os pido que participemos todas juntas, para conseguir que este evento sea memorable», dice el mail.
Para ello, las mujeres deben poner en su muro la respuesta a una cuestión: «El juego de este año hace referencia a vuestro bolso. Tendréis que escribir el vuestro estado el LUGAR DONDE DEJAIS EL BOLSO justo al llegar a casa, de tal manera “Me gusta…” y después el sitio. Por ejemplo, “Me gusta sobre el sofá” o “Me gusta sobre la silla de la cocina” o “Me gusta sobre la mesa del comedor”».
«Se trata, simplemente de contar al planeta dónde les gusta desayunar», dice otra versión en internet. Pero el doble sentido es inevitable, y sus consecuencias para despistados, incalculables.
De esta segunda versión no constan correos. Y la primera parece más noble.
No es la primera vez. El año pasado los perfiles femeninos de Facebook se convirtieron en un misterioso arcoiris : «Lila», «blanco», «negro»... Se trataba de contar a los demás el color del sujetador que se llevaba. La intención, entonces, respondía a una campaña espontánea que buscaba concienciar a las mujeres sobre el cáncer de mama.
Los actuales «desayunos sobre...» o «Dónde dejas tu bolso» tiene mil versiones y explicaciones en páginas despistadas que ofrecen la suya y animan a las mujeres a seguir con la iniciativa. Tampoco son pocos los foros en los que, hombres como Carlos o Víctor buscan explicaciones a lo que sucede, nuevamente, en la red que nos sorprende cada día con nuevas y originales propuestas.