Mamografías ¿A qué edad empezar?
Creado por JOSEP CORBELLA , el Lunes 18 de Octubre de 2010

 El debate médico sobre el diagnóstico precoz del cáncer de mama causa incertidumbre entre las mujeres: ¿a quién hacer caso?

 

Para unos médicos no hay duda: las mamografías deben iniciarse a los 50 años y repetirse cada dos años, a menos que haya antecedentes familiares de cáncer de mama o algún otro motivo que aconseje empezarlas antes.

Para otros médicos, tampoco hay duda: deben empezarse a los 40 años y repetirse cada año, a menos - de nuevo-que haya algún motivo importante para iniciarlas antes.

 

En el centro de este debate se encuentran las mujeres, que pueden sentirse desconcertadas si, por ejemplo, el médico de cabecera les dice que esperen a los 50 y el ginecólogo les dice que hubieran debido empezar a los 40. ¿A cuál de los dos hacer caso?

 

Ventajas de la mamografía.

 

"Las mamografías son el principal instrumento de que disponemos para la detección precoz del cáncer de mama", informa Rafael Fábregas, ginecólogo oncológico de USP Institut Universitari Dexeus. "Pueden detectar la gran mayoría de los cánceres de mama antes de que se puedan percibir por palpación y antes de que causen síntomas".

 

"Está claro que ayudan a reducir la mortalidad, esto no está en discusión", añade Carmen Vidal, responsable del programa de cáncer de mama del Institut Català d´Oncologia (ICO). ¿Qué es lo que está en discusión, entonces? "Es el coste que hay que asumir a cambio de conseguir esta reducción de mortalidad". El coste no se refiere únicamente al precio, sino sobre todo a las complicaciones derivadas de la mamografía en mujeres menores de 50 años.

 

El problema de los falsos positivos.

 

La primera complicación se debe a cómo cambia la mama a lo largo de la vida. Si en mujeres jóvenes el tejido mamario suele ser compacto, alrededor de los 50 años pierde densidad. Esto favorece que, en mayores de 50 años, las mamografías ofrezcan por lo general imágenes relativamente fáciles de interpretar; además, el riesgo de sufrir cáncer de mama aumenta con la edad, de modo que la probabilidad de que la mamografía detecte un tumor también aumenta. Por encima de los 50 años, por lo tanto, no hay duda: todas las sociedades médicas relacionadas con el cáncer de mama aconsejan las mamografías.

 

En la franja de 40 a 50 años, en cambio, "los tumores se ven con menos nitidez debido a que el tejido mamario es más denso", explica Agustí Barnadas, jefe del servicio de oncología de Sant Pau. Esto propicia que a veces aparezcan en las imágenes manchas sospechosas que obligan a hacer exploraciones complementarias. Es preciso volver a examinar la mama - por lo general por ecografía-y en muchos casos realizar una biopsia para comprobar si las células son cancerosas o no.

 

La inmensa mayoría de estas manchas resultan ser falsas alarmas. Es lo que en medicina se llaman falsos positivos: resultados que indican que ocurre algo allí donde en realidad no ocurre nada importante. Pero esto no evita que las pacientes se sientan intranquilas a la espera de tener los resultados de la biopsia.

 

Según un informe publicado el 9 de septiembre en la revista The New England Journal of Medicine,habría que hacer mamografías anuales a más de 1.900 mujeres durante once años, y manejar unos 2.000 falsos positivos, para prevenir una sola muerte en la franja de edad de 40 a 50 años. ¿Justifica esta vida salvada tantas mamografías y biopsias?

 

Los efectos de la radiación.

 

A todo ello se añade que cada mamografía expone la mama a una pequeña dosis de radiación. Aunque las últimas generaciones de mamógrafos aplican dosis muy bajas, no hay ninguna dosis que tenga riesgo cero. Cuanto mayor es la dosis a la que se ha expuesto un tejido a lo largo de la vida, mayor es el riesgo de que la radiación provoque la aparición de un tumor en ese tejido. Lo cual lleva auna paradoja: aunque las mamografías bien utilizadas reducen la mortalidad por cáncer, utilizadas en exceso, podrían aumentarla.

 

El debate de los tumores no invasivos.

 

También se ha criticado que las mamografías detectan tumores pequeños que, en algunos casos, no se extenderían a otros órganos, sino que quedarían localizados en la mama sin causar problemas. Por lo tanto, según este argumento, las mamografías llevan a utilizar tratamientos agresivos de cirugía, quimioterapia y radioterapia en casos en que no serían necesarios.

 

Por ahora, este es un debate conceptual de escasa utilidad práctica, ya que el propósito de las mamografías es precisamente detectar los tumores cuando son pequeños y las probabilidades de curación son elevadas. "Mientras no tengamos herramientas para identificar cuáles serán invasivos, todos deben tratarse", dicen Ignasi Tusquets y María Dolors Sabadell, del hospital del Mar.

 

¿Cada año o cada dos años?

 

En Catalunya, mientras el Departament de Salut recomienda las mamografías cada dos años a partir de los 50, algunos médicos y algunas mutuas las recomiendan cada año a partir de los 40. Esto se explica porque los cánceres de mama suelen ser de crecimiento más lento en mayores de 50 años que en mujeres más jóvenes. Por lo tanto, si se empieza a los 40, está justificado que el seguimiento sea anual, pero si se empieza a los 50, está justificado espaciar más las mamografías.

 

¿Y si hay antecedentes familiares?

 

Para las mujeres con antecedentes de cáncer de mama o de ovario en la familia, especialmente en familiares de primer grado como madre o hermanas, las recomendaciones son distintas que para la población general. En estos casos se aconseja consultar a un especialista en consejo genético para evaluar a qué edad conviene iniciar las mamografías.

 

¿Quéaconsejan los médicosa sus familiares?

 

Hasta aquí la teoría. Pero una vez expuestos todos los argumentos es cada mujer quien debe decidir cuándo empieza a hacerse mamografías. Ante la complejidad del problema, La Vanguardia ha preguntado a algunos de los principales especialistas de Catalunya qué recomiendan ellos personalmente a sus esposas, hermanas o amigas o, en el caso de ser mujeres, qué hacen ellas.

 

No puede decirse que esta pequeña encuesta haya aclarado gran cosa. Los ginecólogos Lluís Cabero de Vall d'Hebron y Rafael Fábregas de Dexeus recomiendan empezar a los 40; la epidemióloga Carmen Vidal del ICO y la oncóloga Isabel Rubio de Vall d'Hebron se decantan por los 50; y, entre medio, el oncólogo Agustí Barnadas de Sant Pau recomienda "una primera mamografía entre los 45 y 48 años", mientras Rafael Rosell, de Germans Trias i Pujol, aconseja "ser flexibles para que cada mujer valore su caso con su ginecólogo de manera personalizada".

 

Si algo revela esta disparidad de opiniones es que, entre los 40 y los 50 años, la diferencia entre pros y contras de la mamografía es incierta. "Realmente, no sabemos cuál es la mejor edad para empezar las mamografías", reconoce Isabel Rubio.

 

Se hagan o no mamografías, los especialistas recomiendan explorarse las mamas. "Es conveniente que cada mujer sepa cómo son sus mamas, de modo que, si aparece una alteración en algún momento, a la edad que sea, pueda consultar a un especialista y hacerse una mamografía".

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