El éxito de las tabletas y los lectores de libros electrónicos ha impulsado el desarrollo de este tipo de plataformas
Una red social que se dedica en exclusiva a permitir que sus usuarios cuelguen en ella sus textos, sus documentos o sus presentaciones para que los vean sus contactos puede parecer una idea puramente académica o, al menos, bastante alejada del ocio y las relaciones entre internautas. Sin embargo, son herramientas muy útiles en función del soporte desde donde se acceda a ellas y resultan idóneas para descargar libros y otros escritos que se desee leer en movilidad.
Con la llegada del iPad al mercado, el acceso en movilidad a textos y libros electrónicos parece haberse popularizado, si bien diversas marcas de lectores ya estaban a la venta desde hacía varios años, entre ellas, el Kindle de Amazon, que ahora ha presentado su versión Kindle 3 para competir con el iPad. Es un modelo que también tiene acceso wifi a Internet, más ligero y más barato, basado en la tinta electrónica en lugar de en una pantalla LCD retroiluminada.
Además, de cara a las navidades, se espera un advenimiento masivo de nuevos modelos de tabletas de distintos fabricantes, desde HP hasta Dell. En teoría, estos modelos deberían haberse desarrollado a la par que el iPad, durante la pasada primavera, pero se han retrasado. Se especula con que hayan preferido esperar a conocer la evolución de las ventas de la tableta de Apple para comprobar si hay una demanda real o bien que hasta ahora no hayan tenido listos por completo sus desarrollos.
Ante la expectativa de que el sector de los dispositivos para lectura digital, portátiles y con acceso web, se consolide por fin tras muchas dilaciones, se han desarrollado en la Red numerosos servicios dedicados a almacenar y mostrar los escritos y textos del usuario. Lo hacen en diversos formatos y con distintas tecnologías. Algunos de ellos tienen estructura de red social más o menos cerrada a los contactos. Otros, en cambio, son abiertos a cualquier usuario.
La mayoría comenzaron con la finalidad de acumular publicaciones académicas y técnicas, para ponerlas a disposición de la comunidad científica o del público en general con afán divulgativo. El objetivo de todos ellos es ahora ser accesibles desde tabletas y lectores para aumentar la oferta de escritos de todo tipo que pueden leerse en estos aparatos. Algunos no ocultan sus intenciones comerciales y permiten que los usuarios vendan sus creaciones si lo desean. Incluso en el principal de ellos, Scribd, es posible comprar libros de grandes editoriales.
Scribd es la más popular de estas plataformas, una red social donde el usuario debe registrarse para tener acceso a los escritos colgados por sus contactos. La red tiene un origen académico, ya que nació en 2006 de las conversaciones entre un estudiante de Harvard y su padre, un eminente neurocirujano, sobre cómo dotar a la comunidad científica de un repositorio de escritos académicos con acceso web. Dado su posterior éxito, Scribd ha variado con el tiempo tanto sus objetivos como su diseño y sus aplicaciones. En la actualidad, y para el mercado americano, ha llegado a acuerdos con las principales editoras de libros, tanto técnicos como de ficción, para venderlos en formato electrónico.
En esta red se puede ver la publicación on line con el lenguaje HTML5, pero también es posible descargar los textos, si así lo ha decido la persona que los ha subido, o bien adaptar para una versión de dispositivo móvil -ya sea un teléfono, una tableta o un lector- al cual se envía el texto por SMS o correo electrónico, aunque por este último sistema se originan muchos errores tipográficos. Los textos se pueden subir desde numerosos formatos, como PDF o formatos de texto y tablas de Microsoft (DOC, EXEl, etc.) u OpenOffice.
En el último rediseño del servicio se incluyeron nuevas características sociales, sobre todo de cara a proyectarlo en otras redes como Facebook y Twitter. Para ello, bautizaron la opción de promocionarse en ellas como "readcast", en alusión a los podcast, las emisiones de voz pregrabada que se lanzan a la red en archivos sonoros. Al pulsar en el botón de "readcast" el usuario publicará el acceso al escrito que lea en ese momento, tanto en su página personal de Twitter como en su sitio de Facebook.
Scribd no es el único servicio de estas características, se pueden encontrar media docena más que funcionan de manera muy similar y también nacieron de repositorio de publicaciones científicas y académicas. Docstoc destaca por su popularidad entre quienes buscan textos técnicos, manuales o escritos de escuelas de negocios.
Issuu funciona de la misma manera que Scribd y Docstoc, pero tiene una intención más estética pensada para su reproducción en lectores y tabletas, ya que convierte las publicaciones en formato PDF en páginas on line en flash con diseño similar al de las revistas. El límite de cada documento subido está en 100 megabytes o en 500 páginas. Por otro lado, Issuu también tiene vocación de red social y los usuarios que lean un determinado documento pueden dejar comentarios sobre éste y valorarlo, con lo que aumenta su visibilidad en el servicio. También permite el acceso desde dispositivos móviles.
WePapers es otro servicio del mismo estilo pero enfocado al mundo estudiantil. Se creó en 2008 con el fin de lograr un repositorio mundial de apuntes escolares y universitarios, pero ha crecido en estos dos años en funciones, sobre todo en la vertiente social, ya que permite que los contenidos puedan promocionarse en Twitter y en Facebook.