Flamenco. Diseñan ropa y complementos de mujer con un estilo divertido y recargado que los expertos denominan ‘hippie chic'
Sin modelo de negocio, sin plan de empresa, sin financiación y con "cero estrategia". Elena Martín y Carola Morales se saltaron todas las reglas iniciáticas de la creación de empresas cuando hace 13 años montaron su negocio de diseño de accesorios femeninos que bautizaron como Flamenco.
Su estrategia fue muy simple. Hartas de la discriminación que sufrían en su empresa y de un sueldo "indigno" decidieron que, en lugar de gastar energías quejándose de la situación, las iban a volcar en construir su propia empresa. "Lo único que sabíamos hacer era diseñar, y empezamos por ahí", recuerda Elena Martín.
Alquilaron un despacho en el centro de Madrid para trabajar juntas y cuando tuvieron sus primeros diseños los metieron en una maleta y, al más puro estilo de los vendedores de enciclopedias de antaño, fueron visitando una a una las boutiques del centro de Madrid.
Trece años después son las propietarias de una empresa que factura diez millones de euros al año, emplea a 60 personas y tiene presencia en más de mil tiendas multimarca (cien de ellas fuera de España), con siete tiendas propias. Además, han sido elegidas por la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe) para concederles el premio Mujer Empresaria 2010, que recogerán el próximo 14 de octubre.
Su primera apuesta se centró en el diseño de ropa de hogar. Mantas, cubrecamas, cojines... "Llevaban mucho trabajo y nos dimos cuenta de que no era demasiado rentable el esfuerzo", recuerda Elena Morales.
El punto de inflexión llegó después de un "ataque de creatividad". Convirtieron uno de aquellos cojines en un ostentoso bolso de organza cubierto de lentejuelas de colorines. "Era bastante llamativo y ocupaba poco. Así que en las tiendas nos dijeron: Dejadlo por ahí". "La sorpresa para todos, sobre todo para nosotras, es que gustó y se vendían", explica Carola Morales.
La confirmación de que estaban en el buen camino llegó cuando aterrizaron en las ferias del sector. Sus accesorios triunfaban, mientras que los diseños de hogar apenas despertaban atención. La clave de su éxito ha sido adaptarse con rapidez a los gustos de sus clientes. Así que, después de las primeras experiencias en ferias internacionales, la ropa de hogar pasó a un segundo plano y se centraron en el diseño de accesorios, primero, y ropa femenina, más tarde, con un estilo que los expertos de la moda califican de hippie chic.
Sus modelos se fueron colando en los expositores de las principales tiendas multimarca de España. "Lo peor fue hacer las facturas. No teníamos ni idea. Tuvimos que pedir ayuda a todos los amigos que sabían algo del tema", recuerda Elena.
El reconocimiento de marca fue una de las escasas cosas premeditadas que esta pareja de emprendedoras tuvo claro desde el principio. "Cada millón de pesetas que ahorrábamos lo destinábamos a comprar espacios publicitarios en revistas femeninas", comenta Carola. El desembarco, en 2002, en las tiendas de Aldeasa, en los aeropuertos, fue otro gran impulso para darse a conocer entre el gran público.
"Con la crisis detectamos que el mercado multimarca estaba no sólo maduro para nosotros sino también dañado por la caída del consumo", explica Andrés Aguilar, director ejecutivo de Flamenco. Y mientras él hacía el análisis económico de la situación, la casualidad se presentó para Elena y Carola en forma de atractivo local en el centro de Madrid. "Como la mayoría de las cosas que hemos hecho en Flamenco, la decisión de abrir tiendas propias también fue un mero impulso", comenta Elena Morales, quien a su vez reconoce que la decisión estuvo motivada por la demanda de sus clientas. Estas se quejaban de que no podían ver toda su colección, ya que en cada tienda tenían sólo algunos de sus diseños. Ahora, además, están en plena internacionalización. Su estrategia de contratar agentes comerciales ha llevado los diseños de Flamenco a más de cien puntos de venta en Europa y EEUU.